[caption id="attachment_21430" align="alignnone" width="1024"] Dorothy Malone, US actress, sitting beside a swimming pool, circa 1960. (Photo by Silver Screen Collection/Getty Images)[/caption]
“Quien no opina como yo está equivocado”. Este es el convencimiento secreto de todas las personas que discuten. Y es lógico que así suceda, porque tener una opinión significa creer que se tiene una opinión acertada; de donde resulta que quienes no tengan la misma opinión tendrán forzosamente una opinión errónea. El que las propias opiniones sean siempre acertadas se basa en un hecho ya señalado en un pequeño librito de cincuenta páginas escrito por el señor Descartes. Comienza diciendo, ese librito, que la inteligencia es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada uno está conforme con la que tiene. Es decir: con la mucha que tiene; a lo cual puede agregarse que cada uno está conforme, también, con la poca que tienen los demás. Gracias a la mucha inteligencia que uno tiene y a la poca que tienen los demás, resulta que quien siempre está en lo cierto es uno mismo, y quienes siempre se equivocan son los demás. Como opinar es tener razón, lo terrible es que a uno no lo dejen opinar y le...
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