Rilke - La dama ante el espejo

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  • Como en embriagadora especería
  • desata sin ruido en la fluidez clara
  • del espejo sus fatigados gestos;
  • e introduce allí su sonrisa.
  • Y aguarda hasta que de todo eso ascienda
  • el líquido; luego vierte el cabello
  • en el espejo y, alzando los hombros
  • maravillosos del traje de noche
  • bebe callada de su imagen. Bebe
  • lo que una amante en éxtasis bebiera,
  • inquiriendo desconfiada, y hace
  • un guiño a su doncella, si ve luces
  • sobre el fondo del espejo, roperos,
  • y lo turbio de una hora trasnochada.

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