Otras versiones de Paco Ibáñez


 Paco Ibañez




Lo que puede el dinero


Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar;


Al torpe hace discreto, hombre de respetar,hace correr al cojo al mudo le hace hablar;


el que no tiene manos bien lo quiere tomar.


También al hombre necio y rudo labrador


dineros le convierten en hidalgo doctor;Cuanto más rico es uno, más grande es su valor,


quien no tiene dinero no es de sí señor.


Y si tienes dinero tendrás consolación,


placeres y alegrías y del Papa ración,comprarás Paraíso, ganarás la salvación:


donde hay mucho dinero hay mucha bendición.


El crea los priores, los obispos, los abades,


arzobispos, doctores, patriarcas, potestades a los clérigos necios da muchas dignidades,


de verdad hace mentiras, de mentiras hace verdades.


El hace muchos clérigos y mucho ordenados,


muchos monjes y monjas, religiosos sagrados,el dinero les da por bien examinados,


a los pobres les dicen que no son ilustrados.


Yo he visto a muchos curas en sus predicaciones,


despreciar el dinero, también sus tentaciones,pero, al fin, por dinero otorgan los perdones,


absuelven los ayunos y ofrecen oraciones.


Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir,


más si huelen que el rico está para morir,y oyen que su dinero empieza a retiñir,


por quién ha de cogerlo empiezan a reñir.


En resumen lo digo, entiéndelo mejor,


el dinero es del mundo el gran agitador,hace señor al siervo y siervo hace al señor,


toda cosa del siglo se hace por su amor.


Arcipreste de Hita


Coplas por la muerte de su padre


Recuerde el alma dormida,


avive el seso y despierte contemplando


cómo se pasa la vida,


cómo se viene la muerte


tan callando,


cuán presto se va el placer,


cómo, después de acordado,


da dolor;


cómo, a nuestro parecer,


cualquiera tiempo pasado


fue mejor.


...


Nuestras vidas son los ríos


que van a dar en la mar,


que es el morir;


allí van los señoríos


derechos a se acabar


y consumir;


allí los ríos caudales,


allí los otros medianos


y más chicos,


y llegados, son iguales


los que viven por sus manos


y los ricos.


...


Este mundo es el camino


para el otro, que es morada


sin pesar;


mas cumple tener buen tino


para andar esta jornada


sin errar.


Partimos cuando nacemos,


andamos mientras vivimos,


y llegamos


al tiempo que fenecemos;


así que cuando morimos


descansamos.


...


Los placeres y dulzores


de esta vida trabajada


que tenemos,


no son sino corredores,


y la muerte, la celada


en que caemos.


No mirando nuestro daño,


corremos a rienda suelta


sin parar;


desque vemos el engaño


y queremos dar la vuelta,


no hay lugar.


...


Esos reyes poderosos


que vemos por escrituras


ya pasadas,


por casos tristes, llorosos,


fueron sus buenas venturas


trastornadas;


así que no hay cosa fuerte,


que a papas y emperadores


y prelados,


así los trata la muerte


como a los pobres pastores


de ganados.


...


Aquél de buenos abrigo,


amado por virtuoso


de la gente,


el maestre don Rodrigo


Manrique, tanto famoso


y tan valiente;


sus hechos grandes y claros


no cumple que los alabe,


pues los vieron,


ni los quiero hacer caros


pues que el mundo todo sabe


cuáles fueron.


...


Después de puesta la vida


tantas veces por su ley


al tablero;


después de tan bien servida


la corona de su rey


verdadero:


después de tanta hazaña


a que no puede bastar


cuenta cierta,


en la su villa de Ocaña


vino la muerte a llamar


a su puerta,


diciendo: «Buen caballero,


dejad el mundo engañoso y su halago;


vuestro corazón de acero,


muestre su esfuerzo famoso


en este trago;


y pues de vida y salud


hicisteis tan poca cuenta


por la fama,


esfuércese la virtud


para sufrir esta afrenta


que os llama.


...


Así, con tal entender,


todos sentidos humanos


conservados,


cercado de su mujer


y de sus hijos y hermanos


y criados,


dio el alma a quien se la dio


(en cual la dio en el cielo


en su gloria),


que aunque la vida perdió


dejónos harto consuelo


su memoria.


Jorge Manrique


No te tardes, que me muero


No te tardes que me muero,


carcelero,no te tardes que me muero.


Apresura tu venida


porque no pierda la vida,que la fe no está perdida,


carcelero,


no te tardes que me muero.


Bien sabes que la tardanza


trae gran desconfianza;ven y cumple mi esperanza,


carcelero,


no te tardes que me muero.


Sácame de esta cadena,


que recibo muy gran pena,pues tu tardar me condena.


Carcelero,


no te tardes que me muero.


La primer vez que me viste


sin te vencer me venciste;suéltame, pues me prendiste.


Carcelero,


no te tardes que me muero.


La llave para soltarme


ha de ser galardonarme,proponiendo no olvidarme.


Carcelero,


no te tardes que me muero.


Fin


Y siempre cuanto vivieres


haré lo que tú quisieressi merced hacerme quieres.


Carcelero,


no te tardes que me muero


Juan de la Encina


Que se nos va la pascua


Mozuelas las de mi barrio,


loquillas y confiadas,mirad no os engañe el tiempo,


la edad y la confianza.


No os dejéis lisonjear


de la juventud lozana,porque de caducas flores


teje el tiempo sus guirnaldas.


¡Que se nos va la Pascua, mozas!


¡Que se nos va la Pascua!


Yo sé de una buena vieja


que fue un tiempo rubia y zarca,y que al presente le cuesta


harto caro el ver su cara,


porque su bruñida frente


y sus mejillas se hallan


más que roquete de obispo


encogidas y arrugadas.


¡Que se nos va la Pascua, mozas!


¡Que se nos va la Pascua!


Y sé de otra buena vieja


que un diente que le quedaba se lo dejó este otro día


sepultado en unas natas;


y con lágrimas le dice:


Diente mío de mi alma.


yo sé cuando fuiste perla,


aunque ahora no sois nada.


¡Que se nos va la Pascua, mozas!


¡Que se nos va la Pascua!


Por eso, mozuelas locas,


antes que la edad avara el rubio cabello de oro


convierta en luciente plata,


quered cuando sois queridas,


amad cuando sois amadas;


mirad, bobas, que detrás


se pinta la ocasión calva.


¡Que se nos va la Pascua, mozas!


¡Que se nos va la Pascua!


Luis de Góngora


Ande yo caliente y ríase la gente


Traten otros del gobierno, del mundo y sus monarquías mientras gobiernan mis días mantequillas y pan tierno


y las mañanas de invierno, naranjada y aguardiente y rijijí y rijijá y.. y ríase la gente


Coma en dorada vajilla, el príncipe mil cuidados


como píldoras dorados, que yo en mi pobre mesilla quiero más a una morcilla que en el asador reviente


y rijijí y rijijá y.. y ríase la gente


Cuando cubra las montañas de blanca nieve el enero


tenga yo lleno el brasero de bellotas y castañas y quien las dulces patrañas del rey que rabió me cuenten


y rijijí y rijijá y.. y ríase la gente


Busque muy en hora buena, el mercader nuevos soles


yo conchas y caracoles entre la menuda arena escuchando a Filomena sobre el chopo de la fuente


y rijijí y rijijá y.. y ríase la gente.


Luis de Góngora


Poderoso caballero es don Dinero


Madre, yo al oro me humillo,


él es mi amante y mi amado,pues de puro enamorado


de continuo anda amarillo.


Que pues doblón o sencillo


hace todo cuanto quiero,


poderoso caballero


es don Dinero.


Nace en las Indias honrado,


donde el mundo le acompaña;viene a morir en España,


y es en Génova enterrado.


Y pues quien le trae al lado


es hermoso, aunque sea fiero,


poderoso caballero


es don Dinero.


Es galán, y es como un oro:


tiene quebrado el color;persona de gran valor,


tan cristiano como moro;


que pues da y quita el decoro


y quebranta cualquier fuero,


poderoso caballero


es don dinero.


Son sus padres principales,


y es de nobles descendiente,porque en las venas de Oriente


todas las sangres son reales.


Y pues es quien hace iguales


al duque y al ganadero,


poderoso caballero


es don Dinero.


Por importar en los tratos


y dar tan buenos consejos en las casas de los viejos


gatos le guardan de gatos;


y, pues él rompe recatos


y ablanda al juez más severo,


poderoso caballero


es don dinero.


Nunca vi damas ingratas


a su gusto y afición,que a las caras de un doblón


hacen sus caras baratas;


y pues hace las bravatas


desde una bolsa de cuero,


poderoso caballero


es don dinero.


Francisco de Quevedo


Versión de Paco Ibáñez


Romance satírico


Pues me hacéis casamentero,


Ángela de Mondragón,escuchad de vuestro esposo,


las grandezas y el valor.


Él es un médico honrado,


por la gracia del Señor,


que tiene muy buenas letras


en el cambio, y el bolsón.


Quien os lo pintó cobarde


no lo conoce, y mintió,


que ha muerto más hombres vivos


que mató el Cid Campeador.


En entrando en una casa


tiene tal reputación,


que luego dicen los niños:


Dios perdone al que murió.


Y con ser todos mortales


los médicos, pienso yo


que son todos veniales


comparados al doctor.


Al caminante en los pueblos


se le pide información,


temiéndole más que a peste,


de si le conoce, o no.


De médicos semejantes


hace el rey, nuestro señor,


bombardas a sus castillos,


mosquetes a su escuadrón.


Si a alguno cura y no muere,


piensa que resucitó,


y por milagro le ofrece


la mortaja y el cordón.


Si acaso estando en su casa


oye dar algún clamor,


tomando papel y tinta,


escribe: "ante mí pasó".


No se le ha muerto ninguno


de los que cura hasta hoy,


porque antes que se mueran


los mata sin confesión.


De envidia de los verdugos


maldice al corregidor,


que sobre los ahorcados


no le quiere dar pensión.


Piensan que es la muerte algunos;


otros, viendo su rigor,


le llaman el día del juicio,


pues es total perdición.


No come por engordar,


ni por el dulce sabor,


sino por matar la hambre,


que es matar su inclinación.


Por matar mata las luces,


y si no le alumbra el sol,


como murciélagos viven


a la sombra de un rincón.


Su mula, aunque no está muerta,


no penséis que se escapó,


que está matada de suerte,


que le viene a ser peor.


En que se ve tan famoso,


y en tan buena estimación,


atento a vuestra belleza,


se ha enamorado de vos.


No pide le deis más dote


de ver que matéis de amor,


que en matando de algún modo,


para en uno sois los dos.


Casaos con él, y jamás


de viuda tendréis pasión,


que nunca la misma muerte


se oyó decir que murió.


Si lo hacéis, a Dios le ruego


que gocéis con bendición;


pero si no, que nos libre


de conocer al doctor.


Francisco de Quevedo


El cuento de la lechera


Llevaba en la cabeza


una lechera el cántaro al mercado con aquella presteza,


aquel aire sencillo, aquel agrado,


que va diciendo a todo el que lo advierte


"¡Yo sí que estoy contenta con mi suerte!"


Porque no apetecía


más compañía que su pensamiento,que alegre le ofrecía


inocentes ideas de contento,


marchaba sola la feliz lechera,


diciéndose entre sí de esta manera:


"Esta leche vendida,


en limpio me dará tanto dinero,y con esta partida


un canasto de huevos comprar quiero,


para sacar cien pollos, que al estío


me rodearán cantando el pío, pío.


Del importe logrado


de tanto pollo mercaré un cochino;con bellota, salvado,


berza, castaña engordará sin tino,


tanto, que puede ser que yo consiga


ver cómo se le arrastra la barriga.


Llevarélo al mercado,


sacaré de él sin duda buen dinero;compraré de contado


una robusta vaca y un ternero,


que corra y salte toda la campaña,


desde el monte cercano a la cabaña."


Con este pensamiento


enajenada, brinca de manera que a su salto violento


el cántaro cayó. ¡Pobre lechera!


Adiós leche, adiós huevos,


adiós dinero, adiós lechón,


adiós vaca y ternero.


¡Oh loca fantasía!


¡Qué palacios fabricas en el viento!Modera tu alegría,


no sea que saltando de contento,


al contemplar dichosa tu mudanza,


quiebre su cantarillo la esperanza.


No seas ambiciosa


de mejor o más próspera fortuna,que vivirás ansiosa


sin que pueda saciarte cosa alguna.


No anheles impaciente el bien futuro;


mira que ni el presente está seguro.


Félix María de Samaniego






Comentarios

  1. Buenass tardes, decia que Paco Ibañez me gusta muchoooooooooooooo.....

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